WASHINGTON.- Durante la presidencia de George W. Bush, el gobierno estadounidense realizó una operación que permitió que cientos de armas fueran transferidas a presuntos traficantes, la misma táctica por la que los legisladores republicanos han criticado al gobierno de Barack Obama, dijeron hoy dos funcionarios de la Policía federal.
El representante Darrell Issa, el senador Chuck Grassley y otros republicanos han estado atacando al Departamento de Justicia bajo el gobierno de Obama por aplicar una práctica conocida como "dejar que las armas caminen", que consiste en dejar que las agencias policiales rastreen las ventas.
Los republicanos han fustigado especialmente a la Operación Rápido y Furioso, que fue diseñada para realizar un seguimiento encubierto a los compradores de armas de poca monta desde varias tiendas de armas del área de Phoenix hasta los traficantes de armas más importantes.
Cuando Bush, un republicano, era presidente, la Oficina Federal de Alcohol, Tabaco y Armas de Fuego (ATF, por sus iniciales en inglés) utilizó una táctica similar en Tucson, Arizona, para la aplicación de un programa que llamó operación Wide Receiver.
El hecho de que hubiera dos investigaciones de ese tipo en la ATF, con años de diferencia y bajo gobiernos federales diferentes, plantea la posibilidad de que los agentes en otros casos puedan haber permitido que las armas "caminaran" en lugar de decomisarlas.
Policías federales familiarizados con el asunto dicen que la operación Wide Receiver comenzó en 2006 después de que la ATF recibió información sobre una sospechosa compra de armas de fuego. La investigación concluyó en 2007 sin que se formularan cargos.
Después de que Obama asumió el cargo, el Departamento de Justicia examinó la operación Wide Receiver y descubrió que la ATF permitió que las armas acabaran en manos de presuntos traficantes, de acuerdo con los dos funcionarios.
Las fuentes hablaron bajo condición de no ser identificados porque el caso sigue siendo investigado por el Congreso y por la Oficina del Inspector General del Departamento de Justicia.
Grassley, el republicano de mayor rango en la Comisión Judicial del Senado, dijo en un comunicado que "ya sea Operación Rápido y Furioso, la Operación Wide Receiver o ambas, está claro que las armas caminaron y que funcionarios de alto rango del Departamento de Justicia lo sabían".
"No hay excusa para que se permita que las armas caminen, y si hay más operaciones de este tipo, el Congreso y el pueblo estadounidense necesita saberlo", añadió.
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